El monje y el druida se quedaron fuera, ahora no podemos preocuparnos de ellos, tenemos nuestros propios problemas, aquí en el frió de la caverna nos aguardan un sinumero de peligros, comenzando por aquella cosa que se comió al oso.
El camino a sido duro, pero con la gracia divina encontramos un camino en ese laberinto, luego de pasar por ciertas dificultades, de una extraña manera, nuestro resagados compañeros se aparecieron, pero no hay tiempo para explicaciones, hay que salir lo antes posible.
Olor a muerte es lo que se percibe por doquier, una pesades en el aire que no me deja tranquilo, restos de seres que sufrieron un fin que nos espera (o eso creen los lobos), un camino especialmente difícil para mis compañeros que dudan sobre si el camino es seguro, pero el camino dejo de ser seguro hace muchos días. Adentrandonos cada vez mas espero salir de las sombras que me abrazan y desea que nos quedemos ahí abajo como muchos mas antes de nosotros, pero no debe ser, no podemos ser derrotados, aun queda mucho camino por delante.
Túneles, corredores, puertas, todas llevan un peligro, pero encontramos una guarida, un altar para sacrificios muy bien custodiado por unas criaturas muy extrañas (parecían ser liquidas) y un gigante que atacaba nuestra fuente de luz. Fue una batalla dura, especialmente porque desconosco las habilidades de los nuevos, pero parecen poderse cuidar muy bien ellos solos, aunque parece que están acostumbrados a luchar solos, cero táctica. Lo que me extraño mucho fue la actitud de Claire al querer parar la pelea justo a la mitad de la misma contra una criatura que no tenia ninguna "pinta" de poder razonar, algo así pudo costarle la vida a alguien, pero son las formas tan diferentes en que vemos el campo de batalla (y tal vez la vida misma).
El altar fue despedazado y el camino que ahora hay que seguir esta justo por encima de el ...
Cool!... en verdad parece que las cosas quedaron interesantes XD
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