THE NIGHTFALL
LIBRO 1 - UN MUNDO PERFECTO
1.1- REENCUENTROS
En una tierra perdida en la distancia de los mundos, existe una tierra mágica, sus habitantes que podrían parecer granjeros ordinarios, cuentan con una especie de chispa, un destello luminoso que los diferenciaría de cualquier otra persona aunque al principio puedan parecer seres comunes, creanme ese lugar es mágico, solo hay que saber dónde y qué observar, se trata del pueblo secreto de Al´dei.
La pequeña comuna era autosuficiente, se encontraba en los bosques que daban inicio a las montañas, la vida no era del todo fácil en aquel lugar, los aldeanos tenían que elaborar todo aquello que habrían de consumir, algunos se preocupaban de obtener la leña del bosque, mientras unos cuidaban de los cultivos y recolectaban su cosecha, tenían incluso que hilar el lino para sus propias ropas, es un lugar muy demandante, pero en cierta forma nada más hermoso que su simplicidad, pero de eso hablaremos luego.
Nuestra historia se sitúa alrededor de una jovencita que se acercaba a la edad adulta según las tradiciones del lugar, bella como pocas veces se veía en ese lugar, su larga cabellera negra ondeando por el viento al correr, era signo inequivoco de grandes aventuras para aquellos que vieran el mundo con algo más que los ojos; noble de corazón se ganaba la simpatía de los aldeanos y la lealtad de sus amigos. Desde pequeña Cat´Siuji había devorado su peculiar libro de cuentos, en él se narraban leyendas y fábulas heroicas que la habían inspirado a compartir dichas aventuras, siendo asi que decidio crear las propias con sus amigos. Era una jovencita en la que muchos de sus vecinos tenían muchas esperanzas y al mismo tiempo mucha emoción, hacía ya varios años desde que se había llevado a cabo nupcia alguna, por lo que solo esperaban que alguno de sus vecinos la pidiera el dia que se realizará la ceremonia de mayoría de edad. Ella sabía que aquella vida de aventura estaba en sus últimas estaciones, no se deprimía por aquello, en cierta forma añoraba el momento para el cual había sido educada durante toda su vida, a fin de cuentas su deber más noble sería el cuidar y criar a los hijos de su esposo, para que estos fuesen hombres de bien y asi contribuir a que su aldea creciera y se mantuviese bella como los ojos de su corazón se la mostraban. Pero aun asi amaba sus aventuras, donde podia defender a la bondad y a los inocentes de una forma mucho más directa, pensaba que estaba justo a tiempo para vivir la más grande de las historias, orquestaba sus propias cruzadas y demás aventuras con ayuda de la imaginación de todos a su alrededor, casi se podía sentir el peso de…
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… la armadura de placas que llevaba consigo, no le gustaba, pero a pesar de su peso, la prefería a depender de sus torpes pasos, en batalla solía ubicarse al centro de su formación, en el lugar más peligroso donde no podía bajar su guardia, si bien era hábil con el escudo, no podía esquivar los ataques más simples, sobre todo cuando le arrojaban algún proyectil. Cat provenía de la casa de Leo, hogar de valientes combatientes a lo largo de la historia, vestía una armadura pesada de placas, una obra de arte cuyo creador había forjado para ser una vestido de batalla para una doncella guerrera, sus bordes ovalados y sus inscripciones a lo largo de toda la pieza mantenían un equilibrio entre la bondad para con el inocente y la firmeza contra el villano, esa magnífica pieza era llamada "La Sirena" una armadura hecha para las valientes mujeres de la casa del león que estaban destinadas a defender a su pueblo por medio de la espada.
Tenía un par de horas que esperaba en el punto de reunión, sus hermanos de armas no tardarian en llegar, valientes luchadores de las causas justas, aunque algunos eran más imprudentes que valientes. Les tenía total confianza, pero sabía que los caminos montañosos eran peligrosos, los goblins gustaban de asaltar a los viajeros cansados, ella no correría peligro, su armadura era notoria desde la distancia y esas cobardes criaturas si bien valoraban poco sus vidas, también eran temerosas de una paladina que evidentemente estaba esperando a alguien. Sin embargo no todos sus amigos contaban con insignias tan notorias, Tay ni siquiera usaba armadura alguna, confiado mucho más en su pericia y gran agilidad, sin mencionar que usualmente no daba mucha oportunidad a su oponente que como regla general pasaba a mantenerse a la defensiva ante los violentos golpes que era capaz de conectar con sus mano, piernas o incluso con esa extraña arma que tanto le gustaba formada por una cadena, una cuchilla y una especie de contrapeso. Todos y cada uno de ellos eran capaces de manejar a unos torpes goblins, pero con esas criaturas realmente nunca se sabia que esperar.
Finalmente a la distancia veía a Gen`del, valiente clérigo de noble corazón aunque algo rebelde para con ciertas reglas, pero nunca se oponia a lo que decidía Cat, ninguno de los dos tenía la menor idea de lo que ese encuentro representaba, en otro mundo este encuentro habría desencadenado su historia hasta límites insospechados, aun asi Cat se paralizó por un instante, como si quisiera recordar a algún amante que regresaba de la guerra con ese extraño vacío en la memoria que deja la ausencia prolongada de un ser querido, por su cabeza pasó un extraño sentimiento "es como si hubieran pasado décadas desde la última vez que lo vi".
"… (nunca lo haz visto)"
Pero a final de cuentas, Gen era el mismo de todos los días, aquel sanador de combate que le acompañaba en el centro de la formación, con gentiles ojos azules, de cabellos dorados y de complexión delgada aunque la armadura lo hacia parecer mas fuerte, tal vez ideal figura para uno de sus cuentos, el héroe que rescataba a la princesa en peligro y se cubría de gloria al matar a un dragón, pero era insospechado aquello, después de todo ella no era una princesa indefensa, en todo caso ella era más diestra para la espada que la mayoría de sus amigos. Recobro la conciencia y todo volvió a su lugar, eran tan solo muy buenos amigos, asi como los demas que estaban aun ausentes.
-Hola Cat, veo que soy el primero en llegar - saludó cordialmente el clérigo.
-El segundo diria yo.
El clérigo hizo una leve sonrisa, sabía que ciertos comentarios la llegaban a molestar a Cat y eso le gustaba, en cierta manera era un pasatiempo para él, aunque nunca supo si la molestia era por la larga espera o por considerar una ofensa despectiva contra su sexo. Como hubiere sido, no duró la molestia pues se veía que la paladina se encontraba ansiosa e incluso emocionada, quién sabe qué extraña misión se tenía entre manos.
-Y bien, ¿de que se trata?- preguntó Gen`del al que no le gustaba ese tipo de intrigas o mejor dicho, caprichos de Cat.
-Esperemos a que lleguen los demás, tengo grandes planes para este verano. Una misión como pocas.
-Bien, si no me equivoco el resto debe venir por el suroeste. Tal vez podriamos encontrarlos de camino.
-Seamos pacientes, tengo confianza en que pronto sabremos de ellos.
Era fácil decirlo pensaba Gen, pero era evidente que se la comían las ansias, ese leve movimiento con la planta de los pies de sube y baja, una y otra vez denotaba todo lo contrario a la paciencia, pero seguramente quería compartir la sorpresa con todos. Sería una buena oportunidad de sacarla de quicio, entre la insistencia de Gen y la dificultad de Cat para guardar un secreto, aunque también pensó que tal vez no sería prudente el provocarla, era muy amable, pero a la vez le daba miedo cuando se llegaba a enojar, lo mejor era ese punto intermedio de ponerla colorada del coraje, pero parando antes de que explote y con temas como ese era algo dificil de saber y si algo sabía Gen era precisamente cuando parar.
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Algo estaba mal, los demás niños nunca llegaron a la cita, Eric tuvo mucho trabajo con los cultivos y a Tay le cargaron la mano sus hermanos con las tareas.
-Ni hablar será para mañana- dijo al fin Cat`siuji algo decepcionada, pero comprensiva por la situación, si algo no se atrevía a hacer era a pedirle a sus amigos que faltaran a sus deberes por cumplir con sus deseos.
Gen`del por otro lado se mostraba aún curioso con el tema pero esperaría a ver si por si sola soltaba alguna palabra sobre el tema. Regresaron algo decepcionados por las orillas del pueblo que era donde se solían reunir, iban a paso ligero por el margen del bosque, no tenían permitido adentrarse mucho en él, siempre había peligros que era mejor no correr, en el bosque si bien no había criaturas buscando emboscar a los débiles como lo contaba Cat, eso no lo exenta de peligro, sobre todo para unos cuantos niños jugando, la principal preocupación eran los lobos que merodeaban la región, se mantenían alejados del pueblo, pero siempre había alguno que temerariamente se acercaba mas de lo debido y un niño pequeño seguramente sería una presa que no dejaría pasar. Antes de regresar pasaron por el "Tronco de los Misterios" un tronco hueco donde el grupo de niños guardaba sus más grandes tesoros, ahí se encontraba la vara de madera que Cat usaba como espada, unas hojas con una rara forma de corona que Gen decia tenia poderes curativos, asi como la soga que Tay cargaba como aquella extraña arma que casi nadie entendía del todo, asi como otros pedazos del tesoro de alguna aventura pasada, pero sin lugar a dudas el objeto más preciado del escondite, era la espada de obsidiana, una cuchilla que la familia de Natoum había dejado a su cuidado, una de las piezas más peligrosas de Al´dei pues para mantener la paz en ese lugar el metal se encontraba prohibido y limitado a solo unas cuantas herramientas y articulos, tal era el caso que la sensacion helada del tacto con él era percibida como algo negativo por aquel que llegaba a tocar con sus propias manos cualquier artículo hecho de cualquier metal, asi fuese una simple moneda. Cat tomó su espada de madera y la agito contra el viento al tiempo que hacía un giro y otro y otro y luego se cayo, se levanto con la cabeza llena de hierbas y al ver la mirada extraña de Gen solo les quedó reir.
-es un paso que nunca me sale- explico Cat al recuperar el aliento.
-¿pero de que se trata?- preguntó Gen tratando de evitar una burla - si haces esos giros solo te vas a marear y siempre terminaras en el suelo.
-se llama el giro de la rosa y la espina- comenzó a explicar- lo leí en mi libro, se supone que giras muy rápido y eso hace que tus golpes sean mas fuertes, solo que es muy dificil hacerlo sin marearse.
-es una pena que los demás no llegaran, les habría encantado tu intento de abrirte la cabeza y sacar todos tus cuentos de ahí.
Ambos rieron nuevamente y luego buscaron un viejo papiro que usaba a manera de bitácora para no olvidar sus progresos ni sus estrategias para librarse de la banda del certero, sus rivales jurados, después de todo Cat sabía que en cuanto supieran de la piedra estelar, seguro intentarían hacerse de ella.
El dia estaba por terminar, el cielo comenzaba a ponerse naranja y se les había pasado el rato en jugeteos y charlas torpes, se adentraron al pueblo donde se separaron para ir a sus respectivas casas, en otro lugar uno habría acompañado al otro para asegurarse de que llegaba a salvo, pero eso no ocurría en Al'dei, pues la paz reinaba en ese pequeño poblado y no había peligro alguno al grado de que una jovencita podía deambular sola por sus calles sin tener que mirar sobre su hombro a aquellos ojos vigilantes, aquellos ojos que miraban a lo lejos, miraban atentos acechando en la oscuridad.
Cat se encontraba un tanto desilusionada, tendría que esperar un dia mas para poner en marcha su aventura "La Búsqueda de la Piedra Estelar", no tenía remedio, a veces las cosas no suceden como uno las espera y de cuando en cuando las cosas suceden como nunca podrían haberlas imaginado.
Nuestra heroína llegó a casa y saludó a su tía, ansiosa por saber que le deparaba el día de mañana.
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