10.17.2015

La Trinidad

Cat´Siuji caminaba en un sueño, un sueño diferente a los que solía tener. Desde el momento en que se había rendido a la “vuela-mentes”, la había quebrado en conspiración con la sombra, forzada a renunciar a la protección otorgada por la diosa, quedando presa de sus propias pesadillas. Durante mucho tiempo Nightmare había intentado abrirse paso a través de su voluntad, pero el “valor” concedido por la madre de la luz la retraía poderosamente, cuando la ilithido la despojo de su poder las pesadillas emergían, sin embargo no contó con la gran fuerza de voluntad de la originaria de Al´Dei, por lo que su intento de posesión fue en vano.

Ahora caminaba por otro sueño, uno agradable, caminaba por el bosque laberinto en la noche, pero era una noche diferente, las sombras no se atrevían a mostrarse, se mantenían precavidas pues sabían de la inspiración que las 7 Luces le habían otorgado para reforzar su devoción. Las hadas habían muerto y no había protectoras de los sueños, ni acarreadoras de luz, caminaba sin rumbo en la noche, la luz de las estrellas cuidaba sus pasos, el león moraba herido pero aun respiraba, buscaba sanar sus heridas, eso era ahora un león lastimado pero que había escapado del cazador.


El león buscaba salir del bosque, no conocía sus caminos, pero su voluntad le abría paso hacia la salida del laberinto. Los espectros observaban esperando el momento en que se agotara para caer sobre el trofeo. El león se fue empequeñeciendo, hasta no distinguirse de un débil gatito, pero continuaba su andar, brinco un arroyuelo y salto sobre unas rocas, seguía buscando sin rumbo.

El gato llego a un claro desde donde se veía el mar y más allá de este, el mundo. Se recostó para descansar y se quedó dormido, agotado por la jornada. Las sombras comenzaron a mostrarse, se acercó el miedo ahora como la más valiente, le siguió la desesperanza regocijándose de haber tenido la razón, llego la tristeza con su réquiem, se hizo paso ansiedad que tenía que verlo con sus propios ojos, pero faltaba una.

Las 4 rodearon al indefenso gato listas para hacer con ella lo que quisieran, por mucho que se esforzara, no podría escapar, pero faltaba una de las sombras para que la pesadilla estuviera completa, esta no se hacia presente porque sabia lo que se avecinaba. Ansiedad les instaba a apresurarse pues mientras mas rápido acabaran con ella, mas rápido terminaría esa pesadilla. Desesperanza le dijo que no había necesidad, pues pasara lo que pasara asi terminaría todo, era inevitable pues ese era el “destino heroico” mientras Tristeza se mostraba de acuerdo, entono su melodía que despertó la sospecha en Miedo pues estaba indefensa y temerosa de lo que pasara, muy en el fondo no quería que aquello prosperara, pero esa sensación no era normal, se estaba intensificando porque la encapuchada se acercaba, era Horror, pero no iba por Cat, iba por sus otras facetas. La sombra encapuchada levanto la mano señalando al cielo, ahí las 5 vieron el horror, pues es la reacción de las sombras ante la luz.

Tres estrellas resplandecían en el firmamento, juntas formando un triángulo, una constelación inexistente más brillante que ninguna otra. Horror les explico a sus mellizas que en el centro del triángulo existía una cuarta estrella cuyo brillo era ahora casi imperceptible, Leonis. Las estrellas comenzaron a girar y a volar en diferentes direcciones, luego se detuvieron en línea y se precipitaron hacia la tierra. Los tres bólidos caían del cielo envueltos en resplandecientes luces blancas dejando una gloriosa estela a su paso. Con la justicia de rodillas y lejos de los territorios de las 7 luces, 3 estrellas marcaban la segunda oleada, la primera era la Esperanza y su escudo para protegernos del mal, la segunda era la Piedad y su harpa que fortalecía y guiaba los corazones de la gente y la tercera era la Valentía que con su varita el enemigo no tenia a donde huir.

Los 5 aspectos de la pesadilla huyeron horrorizadas ante las estrellas y se refugiaron de nuevo en la oscuridad del bosque. Cat vio el reflejo de la luz en el mar y alzo la mirada, para ver la señal, las 3 estelas de luz iban en una misma dirección descendente, marcada por la estrella que anuncia el amanecer, la llegada del nuevo día.


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