Me cuesta trabajo mantener la calma, desde que la organización fue destruida he deambulado sin rumbo, fue hace apenas unas noches, pero no puedo acostumbrarme al pasar del tiempo, aquí transcurre tan deprisa; siento la bestia en el interior, el monstruo que duerme y a veces quiere despertar.
Bruja de ojos plateados es como la gente llega a referirse a mí, estoy cansada de todo, es como si el mundo careciera de color, como el triste canto de una sirena que ha perdido su voz. Qué caso tiene continuar? No hay nada para mi aquí, no lo hay en ningún lugar, solo me espera el regreso a la oscuridad donde seré sometida a la voluntad del resto y mi existencia se desvanecerá y se perderá en la oscuridad, por muy semejante que es la silueta, esta no es capaz de existir en sí, tan solo somos tristes testigos de los acontecimientos del ser que nos da origen; no hay esperanza en este mundo para alguien como yo, la luz nos ha sido negada… estoy agotada me recostare aquí y con algo de suerte tal vez ya no despierte más.
… ¿Qué es eso? He cerrado los ojos y veo una aventura, es casi como si soñara, pero eso es imposible, yo no puedo soñar. Los héroes buscan… buscan la piedra celeste, pero están equivocados, la piedra celeste no es un objeto, es una canción y las tribus bárbaras no saben de ella, yo lo sé, he estado en esa búsqueda también, pero eso fue hace…
Abro los ojos, estoy en un edificio extraño, no es donde me había tendido, estoy en un lecho de paja, bajo un techo y alguien lee, lee un libro que contiene mis aventuras, aquello no puede ser ¿o acaso llevaba el libro conmigo? nadie sabe de la búsqueda de la piedra celeste, pues es una fantasía, un cuento, una prisión, la traición de mis hermanas, de mis yo´s; vuelvo a cerrar los ojos, quiero que este tormento termine ¿por qué no se calla?
“creo que no te gusta, veamos… tal vez este otro”
Ese no es un cuento, lo está leyendo mal, esa es una canción, la conozco, es la canción de la princesa que se pierde en el bosque, aquella que es rescatada por un unicornio… no la canta, pero no está del todo mal, sé cómo termina, termina bien, es la historia sobre una amistad poderosa, sobre magia gentil y bienintencionada… me hace sentir… feliz? Es esa la palabra?
La niña carece de gracia en la lectura, pero me gusta, lo hace bastante bien. Conozco gran parte de ese libro aunque muchas de sus historias no corresponden al original, se quien las escribió y ello hace que una lagrima recorra mi rostro, porque me recuerda quien soy y ahora se en que mundo estoy, estoy en el mismo mundo que ella, en aquel mundo que mata los sueños, aquel mundo que la mato a ella.
Veo a la jovencita que lee junto a mi lecho improvisado, es hermosa, me recuerda a quien yo llegue a ser, a quien traicione, pero no es ella; será posible que sin buscarla haya encontrado a un ser similar a ella? Seria increíble que luego de tan arduo recorrido se revelase al final alguien igual, justo cuando la era del león se extingue, pero no creo que sea así; será solo una cruel ilusión detrás de una hipócrita sonrisa? No, no puede ser un engaño y si lo es, quiero caer en el.
Me encuentro en un establo, la niña (….no, es una jovencita) me trae de comer de cuando en cuando, se parece mucho a la que recuerdo…. Pero ella vivía en un orfanatorio… no recuerdo los establos… parece que la chica trabaja aquí… pero ¿Qué no trabajaba como camarera? Si, lo recuerdo, ella se lo dijo, conseguía trabajos en alguna que otra posada y usaba el dinero de las propinas para conseguir cosas para los huérfanos… no creo que le paguen mucho aquí, ni siquiera son tantos animales y el lugar necesita mucho trabajo. ¿Acaso la habrán echado el orfanato? Así parece, ahora que pienso en ello, la he visto entrar a todas horas y las granjas estaban alejadas del orfanato, definitivamente pasa las noches aquí, tal vez la desposo algún granjero, eso habría sido lo mejor para ella. Lo pienso mucho y no creo que haya sido así, de serlo no habría necesidad de que me resguardara en secreto.
Ha pasado algo de tiempo, escucho gritos, le están reprendiendo por algo… por mí, tal vez deba irme para no causarle mayor problema… yo traía cosas, las veo, están en un rincón tras unos cubos de agua, ocultas. También hay algo de oro, le dejare un poco como muestra de gratitud, tal vez con ello le perdone el granjero. Pesa mucho y mi cuerpo se encuentra débil, la espada, por primera vez me doy cuenta de lo grande y pesada que es…
Escucho una discusión y de pronto un repentino:
SLAP!!!
Eso fue un golpe, una bofetada…. La golpeo!… nnnngggrrrrr…
Siento un fuerte impulso, mis manos tiemblan y claman sangre, siento impotencia y la bestia de la tercer estrella que me impulsa, como lo hizo con los hechiceros. Mis heridas sanan en un instante, recupero mi fuerza y tomo mi espada, su peso ahora me es insignificante, puedo sentir a la bestia que busca salir, mi cuerpo incrementa su volumen… está tomando el control, el monstruo que debí ser, el monstruo que fui y que esta realidad casi destruye.
Entro a la cabaña en aparente calma, sin que los espectadores puedan darse cuenta de que el conflicto me consume por dentro, la lucha entre el monstruo y el recuerdo de lo que pretendí ser, únicamente un temblor en una de mis manos, un reflejo involuntario que logra salir al exterior.
Hay una familia humilde en la casa y ahí esta ella, reprendida por haberme brindado ayuda, ingratos que no ven lo extraordinario de su acción, en un mundo donde la bondad es reprimida de esta forma, donde el poder marca la pauta a seguir, les enseñare el poder. Sin remordimiento ni duda levante mi espada contra ellos, iba a matarlos pues les desprecio a ellos y a todos aquellos que tienen hundido este mundo en las tinieblas, aquellos que hunden en sus pantanos la verdadera belleza, ciegos, sordos y mudos deambulan en la decadencia de las ruinas en que habitan, un mundo que se muere y que a nadie le importa y cuando alguien quiere hacer algo por ellos de inmediato se ve envuelto en la traición de los falsos, la indiferencia de los “justos” y la crueldad del enemigo; una bestia moribunda que lucha en vano por sobrevivir, pero que muerde y devora a todo aquel que acude en su auxilio, una bestia a la que hay que atravesarle el corazón con la espada para que deje de sufrir de una buena vez, un verdadero acto de misericordia, esa bestia es este mundo.
Me aproximo amenazante y veo el temor en sus ojos, pues saben que el fuerte gobierna mientras el débil muere y ya pueden anticipar su final, seguro ven los rasgos en mi cuerpo, ven que mis músculos incrementan su volumen, así como las extrañas venas que sobresalen en mi piel, los colmillos que reemplazaron mis dientes, la transformación que ocurre cuando estoy a punto de perder el control, esa peligrosa danza entre la bestia y el sueño; pero nada deja tal impacto como el ver mis ojos, los ojos de un felino, brillan como el ámbar abandonando su tenue color original.
Todo terminaría en un instante… pero no aun, mi mano se había detenido mientras sostenía la espada por lo alto.
-No les hagas daño, por favor
Era la lejana voz de la niña de Al´dei, atormentándome luego de todo lo ocurrido. En el pasado muchas veces intente ir en contra de su voluntad, traté infructuosamente junto con mis iguales de cambiar su destino, siempre fracasamos hasta el día que la traicionamos y todo empezó a desmoronarse en más de un sentido, aquello había ocurrido hacia muchas eras según podía percibir, casi lo había olvidado, pero de cuando en cuando mi mente le recuerda lo ocurrido. Ahora ella se encontraba a mi paso, interponiéndose entre la espada y los inocentes, pero yo: Nightmare-Anxietas, Nightfall no veía inocente alguno, todos eran culpables de que el mundo se cerniera en la oscuridad y la única piedad posible era la de terminar con sus miserables existencias, solo así terminaría el sufrimiento, pero una duda floreció en mi cabeza, el recuerdo de ese sueño que yo llegué a compartir, fue falso pero ¿acaso ello importaba? Se requería de algo más que la sola inspiración, solo hacía falta un recordatorio de lo que la gente había olvidado.
Impotente permanecía inmóvil ante mi ser superior, aquel que me había dado origen, la vista se nublaba como si fuera a perder la noción de lo que sucedía, luego me dí cuenta de que la pequeña ante mi no era la Cat que recordaba, era aquella que me brindo refugio y alimento, permanecía temerosa y firme frente a mi, su mirada era una súplica, imploraba por la vida de los granjeros y decía mucho más de lo que sus débiles palabras habían expresado, fue entonces que un poderoso pensamiento me cruzo por la mente ¿podría ser que se tratase de un “eco” de la canción? Aquello me lleno de curiosidad por la joven, había algo muy familiar en ella y fue entonces que recordé; volví a la normalidad y guarde la espada:
-tu nombre… es Sara, cierto?



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